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Nao capitana de don Juan de Austria |
Los grandes
galeones que hicieron de Barcelona una gran potencia naval se instruyeron en
las Drassanes (astilleros), sede hoy del Museo marítimo. Estos diques secos,
los mayores y más ompletos de su género que se conservan en el mundo, se
erigieron a mediados del siglo XIII, cuando los matrimonios dinásticos que
unieron los reinos de Sicilia y Aragón hicieron prioritaria la mejora de las
comunicaciones por mar entre ambos. Se conservan tres de las cuatro torres
angulares primitivas de los astilleros.
Uno de los
barcos que salieron de las abovedadas factorías de las Drassanes fue la Real,
nave capitaneada por don Juán de Austria, hijo ilegítimo de Carlos V que llevó
a la flota cristiana a la victoria de Lepanto en 1571; la joya del museo es una
reproducción de esta nave realizada a tamaño natural y decorada en rojo y oro.
El Llibre
del Consulat de Mar, un libro sobre códigos y usanzas náuticas, recuerda que
Cataluña arbitró en su día, como potencia marítima que era, las leyes del mar en
el Mediterráneo. La pericia de sus marinos se pone de relieve también en la
colección de cartas y mapas precolombinos, entre ellos uno de 1439 usado por Americo Vespucci.
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