Aunque no es el único museo de la tortura de España —al menos hay otros dos en Toledo y Madrid— el de Santillana del Mar destaca por su colección de instrumentos de tortura y pena capital que abarcan dese el siglo XV hasta el XIX en varias secciones de nombres muy elocuentes: Castigo ejemplarizante y humillación pública, Castigo físico y tortura de reos, Instrumentos de ejecución y Aparatos creados para torturar específicamente a mujeres.
Para recordar el dolor y la humillación que puede infringir un ser humano sobre otro en función de supuestos elevados ideales.
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